Por: Yaissa Jiménez.
En la reseña del sencillo “No se puede apagar” que La Marimba lanzara hace unos meses, aseguramos que ella estaba juntado con los elementos (agua, fuego, tierra, viento) Luego de ver el videoclip que da vida en imágenes a la canción, resulta que no era jugando que andaba, era re-bautizándose tomando como su madrina, a una montaña.
En Mucha Agua, San Cristóbal, se grabó este video y fue de nuevo la casa productora Los Mentes Fritas, quienes se hicieron cargo de articular y dar vida. Tal es el fenómeno audiovisual que ha resultado este grupo de talentosos cineastas, que siempre que nos topamos con la noticia de que un videoclip estará a su cargo, sabemos previamente que originalidad y creatividad, no faltarán.
La discusión sobre la incorporación de temas afro caribeños en la música, estética y desarrollo de discurso artístico, por parte de latinos de piel blanca, está en pleno desarrollo volcánico. Se está hablando de todo, se están sentando las bases de un diálogo que nos permitirá avanzar, y La Marimba acaba de realizar un manifiesto descolonial con este video, evidenciado una postura desde su realidad. La idea es obvia. La preparación previa, llegando voluntariamente a un sitio afro sacro repleto de naturaleza viva. El corsé y el ajustado peinado, realizado en contraposición discursiva por dos sabias matronas “jala moño”. La obvia dualidad de su rostro que se nota sonriente y confundido en un principio. Y ella caminado casi imantada a ese río donde le espera el entendimiento hacia una “nueva criatura”.
Este es un manifiesto. Uno que se entrelaza con los ritmos fusión de su nuevo álbum. Misma fusión que a representado a su música en su corta carrera. Luego de su llegada a esas aguas y de la escena de su metamorfosis, reconocemos mejor a la Mariela Marimba. Ella termina en una comunión muy clara con los elementos, ya integrada con el todo, caminando, escuchando, siendo, cantando, y arrastrando esa güira para todo lo que queda de trayecto, mientras tierra negra y verdes corpulentos, hayan en el sendero.
Ya sucedió un alboroto en la colmena hace un tiempo con el trabajo de Boynayel para Nikola Santiago. No dudo que en este caso será parecido. Pasa que todas estas discusiones son sanas. Lo suficiente para traerle aún más luz a la escena que esta procurando dejar de ser la “alternativa” para ser y manifestarse con lo universal.