Por: Yaissa Jiménez.
Primero con el “Agua que llegó” y ahora con una llama (fuego), La Marimba forma parte de la nueva generación de cantautoras dominicanas que está definiendo una propuesta sólida y sostenible en el tiempo. Ya diagnosticamos un meneo que apunta a sonidos raíz y fusión y no podemos esperar a ver su producción completa que por lo visto promete devolvernos descalzos a bailar en la natura.
“No se puede apagar” es su segundo sencillo, una segunda muestra de que lo que prioriza en su trabajo es la calidad y una segunda oportunidad de ver lo que es capaz de hacer con su voz de terciopelo y con sus letras casi comestibles. Cuenta por supuesto con el soporte de músicos como Rocío Damirón, Joel Pacheco, Sosa Más Nada y José Calos Oviedo, quienes son parte de la familia que se ha formado dentro del formato de auto gestión del que somos testigos, un formato que expone nuevas formas de producir carreras musicales alternativas y sustentables, sin poner en juego las libertades artísticas que les catalizan.
La canción en un mantra rítmico bailable con tambor y guitarra presente en carácter. La voz es la protagonista, más anda compartiendo presencia con la pureza del bajo, complementada por las segundas voces en el estribillo, realizadas por la misma Marimba. La letra, por otra parte, es una extensión de las mismas consignas que la joven cantante lleva como bandera, esas ideas perfectamente ajustadas a estos tiempos en que el “vivir el presente” es una tarea pendiente desde ayer.
Estas voces jóvenes que andan hablando de dilemas existenciales como: el vivir el ahora, desarticular las preocupaciones por el futuro y permitirse existir disfrutando lo que nos rodea, son una antítesis viva que estoy agradeciendo con mucho ímpetu. Antítesis porque mientras, efectivamente, están ejecutando este mantra, también están EJECUTANDO, haciendo y trabajando mientras disfrutan de la maravillosa dicha de dedicarse a lo que aman. Una lección de vida incluso para la escena que por mucho tiempo vio difícil este equilibrio. Pisando tierra pues, para seguir con la línea de los elementos.
Por otro lado…
Dos sencillo, uno detrás de otro, aun no una producción, pero ya anunciada. Esto no es solo una cuestión de RD, eso de lanzar varios sencillos antes que un EP o bien un disco se está convirtiendo en una tendencia mundial. Hace un rato los productores y gestores musicales vieron que la naturaleza de estos tiempos obliga a observar las cosas de forma diferente. Los públicos están consumiendo las piezas individuales mucho más que los discos. Por otro lado el disco, como compendio completo, es una herramienta más solida que ve su principal motor y plataforma en los directos. Sacar sencillos de alta calidad y con mayor regularidad, y discos con un margen de tiempo más amplio en especial para dar material a los directos es una estrategia que está dando resultados. Además de que si le das el tiempo y la estructura necesaria al disco, puede que se trate de una pieza de colección, más allá de acumular producciones por aumentar solo por los números.
Con esta dosis de briza fresca elevada por las llamas, La Marimba nos dice que viene diciembre. Y bueno, aquí debajo el motivo de esta reseña, y como diría la misma Marimba ¡“suénala Pacheco”!
Un comentario en “«No se puede apagar”, y cómo La Marimba anda jugando con los elementos.”
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