Crecimiento es la palabra que puede definir esta 4ta entrega del trabajo en equipo por parte de MISHU, productora responsable de un evento que cada año busca acercarnos más a la altura de propuestas similares fuera del país.
Hay que decirlo, República Dominicana no está acostumbrada a un festival de música de esta categoría (sin restar méritos a los demás eventos masivos de esta naturaleza en la isla, y con artistas populares). Aquí estamos acostumbrados a «conciertos largos», salvo el Festival Presidente que tiene una duración de 3 días.
Es por ello que el Isle Of Light buscar crearnos ese hábito de conocer nueva música, con exponentes que abarcan un amplio espectro dentro del mercado nacional e internacional. Pero sobre todo, hacernos vivir nuevas experiencias a la hora de asistir a un evento masivo, con detalles extras dentro de su programación.
Este año se la jugaron, y bien jugada. Muchas cosas que mejorar, otras que pueden mantenerse. Pero en general el balance es más que positivo. Empezando por implementar la modalidad de dos escenarios, uno temático con la electrónica como protagonista y el IOL Stage con los artistas o grupos que encabezan de manera oficial esta cartelera. Se hizo la tarea, el resultado está plasmado en dos días intensos llenos de música y experiencias.

Observaciones…
El público dominicano no tiene cultura de festivales, por lo tanto es difícil ver una presencia masiva al inicio de los mismo, no están a costumbrado a ir a eventos a conocer propuestas, no solo musicales; la gente no llega temprano porque no conoce a quien abre o porque si es local lo ve siempre, y no, no debe de ser así. MISHU está trabajando para que se acostumbren, pero solo lo lograrán el día que pongan el artista local y al extranjero a la misma altura y condiciones; cuando pongan a un artista internacional temprano, que haya que llegar temprano.
Sin dudas el Isle of Light cada año crece un poco más, la idea de un segundo stage como el «Party Favors» le da otro color, nos recuerda a espacios como el «You Are doing Great» de Governors Ball en donde presentaban propuestas independientes y arriesgadas; la carpa itinerante del Vive Latino, o el escenario Panamerika en algunos festivales en México y «curado» con las mas extrañas bandas del momento. Punto para el equipo de MISHU por la ubicación de la misma y el line-up, propuestas como Boundary o Estación Sub_Trópico marcaron la diferencia, sin quitarle el poder a las propuestas de Laura Pilarte, Glass Drop y MKNI (cada set fue genial), pero cuidado con poner mucho lo mismo en cuanto a la electrónica, y creemos que pudieron arriesgarse colocando algo urbano el primer día (hay productores y DJ’s en la isla que van en una linea que mezcla lo urbano con lo alternativo), no poner todo el domingo. Que hayan sonidos diferentes, versátiles hasta propuestas con cantantes en el futuro.

Lo Positivo…
Dijímos que un festival musical es mucho más ver artistas en tarima, y el IOL este año dió muestra de ello. Este año las ofertas para el esparcimiento de sus asistente evolucionaron. Hay que decirlo, el area de bazar con propuestas como las de El Cuarto Elástico & Baltrí (colectivos que vienen dando muestra de una cultura diferente para un público que va con la vanguardia actual en cuanto a moda y tendencias) marcaron diferencia, aparte de ofertar música local en formatos variados como cassettes, CDs y vinilos. De igual manera, muy acertada la oportunidad ofrecida a los artistas plásticos (como el caso de LucidScreen) para que exhibieran sus instalaciones tanto en la entrada del evento, así como en todo el espacio de Punta Torrecilla.
También mencionar el hecho de que la actividad fuera pet friendly, dando el chance de que los asistentes pudieran llevar sus mascotas sin restricción alguna. Columpios, zonas de descansos y un zipline sirvieron para hacer mas gratas las horas entre stage y stage, que estuvieron bien ubicados a fin de no afectar con el sonido entre uno y otro. En cuanto a las ofertas de comida, a pesar de tener menos espacios que la edición anterior, fue muy buena y variada (precios módicos incluidos). Este año superó el año pasado, logrando crear un referente más claro de lo que es un festival.
A mejorar…
Siendo directos y tomando en cuenta que nuestro país está tomando conciencia sobre qué es un festival musical, se ha avanzado mucho, pero queda mucho por mejorar. Por ejemplo, entendemos que las propuestas deberían iniciar a tiempo para motivar al público a llegar temprano, así aprovecharían de los espacios de comida y zonas de esparcimiento. Cuidar las largas filas en los puestos de expendio de bebidas. Se tardaba más en comprar una cerveza que en consumirla, y eso se soluciona agregando más bares en todo el espacio. Quedó claro que IOL es también una oferta aprovechable para toda la familia, por lo que deben considerar habilitar espacios para fumadores.
Aplaudimos el hecho de tener dos días con ofertas musicales, pero que inicien a la misma hora ambos días. No estamos en desacuerdo con el cartel del domingo 15, pero no hubo equilibrio entre las dos jornadas. El domingo era más festival urbano, y pudo mejorarse mezclando géneros y/o artistas, etc.
Otro punto a tomar en cuenta es trabajar mejor con los ánimos del público al colocar artistas. Reconocemos que el line-up del sábado tuvo altas y bajas, pero más altas, por lo que recomendamos que se debe jugar con la música festiva/bailable. Insistimos, deben mejorar como colocar las propuestas con respecto al horario.
A diferencia de 2017, este año se vió poco impacto de los artistas locales en la tarima principal. Aunque entre todas las propuestas tuvimos ese valor de la duda que te hace querer saber si la banda te puede motivar a seguir escuchándolos fuera del festival, luego de verlos en escena.
Las sorpresas… «
¡APLAUDAN COÑO!»
Homero Pumarol [El Hombrecito]
El balance es positivo este año, y eso radicó en las sorpresas, porque sorpresas hubo, y muchas.
Empezamos por el escenario del Party Favors, y es que Boundary se convirtió en la revelación de la tarde con ese inicio (a pesar de inconvenientes técnicos). Fue su tarde. De igual forma Estación Sub-Trópico puso la nota experimental y caribeña con su presentación. Djs como Laura Pilarte y Glass Drop impusieron el respeto con sus beats. A pesar de la alta dósis de electrónica, Adriano Sang, MKNI y Lonely C tuvieron su momento de aceptación dentro de la noche, pasando a cerrar con Matthew Dear quien tuvo el cierre que muchos esperamos.

En cuanto al IOL Stage, como escenario principal debemos decir que abrir una tarima con spoken word no es nada fácil, pero El Hombrecito pasó la prueba en el IOL. De ahí a seguir con sonidos del mundo y bailables con Del Sonido, quizá fue muy temprano pudiendo salir a escena más tarde (de ahí la importancia de cuadrar horario/artista que mejor se ajusten).

Si Boundary fue la sensación del Party Favors, entonces tenemos su equivalente en el main stage con Los Master Plus. Genial la idea de traerles, y ver la reacción del público que se gozó su presentación. Es sin lugar a dudas la gran sorpresa del evento. Con la pista encendida mejor opción no podía ser el colocar a Whitest Taino Alive, unos consentidos del patio, en onda de buen tripeo y en buena hora.
El resto de la noche estuvo a cargo de Salt Cathedral, un dúo colombiano que fue recibido con mucho entusiasmo ofreciendo buen show.

Entendemos que pudieron salir a escena más temprano. De su lado, grupos como Washed Out y Pompeya, hicieron el trabajo de mantener al público atento al IOL Stage. Indie-rock con electro del bueno entre ambos.

El cierre estuvo más allá de las expectativas con los colombianos de Bomba Estéreo, experiencia y buena puesta en escena con estos veteranos. Como era de esperarse, el público encendido.

Domingo urbano…
Para ser una cartelera agregada de manera sorpresiva, tuvo buena aceptación incluso para los que no siguen muchos de los artistas que se presentaron en el cierre del festival.
En el Party Favors tuvimos la oportunidad de disfrutar de 3 actos conformados por Conrad Wittkop, MedioPicky y Selektor Siete (con presencia en el IOL Stage). Pura rabandolería con electrónica de principio a fin. Eso es lo que el público busca, divertirse y sentirse libre en un espacio que puede ofrecer esa experiencia como solo lo encuentra en un festival musical. Misión cumplida.

Del lado del IOL Stage las cartas estaban tiradas desde el anuncio de esta cartelera. Lo Blanquito demostraron tener la talla para ser un fenómeno (al menos del momento con su reguetón para popis o PopiTón), con buen show y demostrando que tienen público, aunque sea pasajero. Deben aprovechar sus 5 minutos de fama, o evolucionar. Pero tienen arrastre; es todo lo que necesitan.

Por parte de JJ Sánchez (ex Aura), el pop para millenials tiene un nombre en el cual apoyarse por el momento. Buen show, buena banda, presencia, y con un poco más de promoción es un producto que puede salir del mercado local. Arrancó aplausos y al menos la curiosidad de saber quien estaba en tarima.
De vendedor de ropa y trabajar en un call center, a concitar el interés dentro de un feroz movimiento como el urbano en RD, es mucho lo que hay que escalar. Mark B es un ejemplo de que ha hecho el trabajo para estar donde está, y quedó demostrado en el IOL.

Jowell & Randy siguieron agregándole a la noche mas reguetón, para darle paso a Bad Bunny con su trap de tiguere freco y perreo. No es mucho el análisis de sus presentaciones: la gente fue a eso, y el area VIP fue testigo de ello. Bien jugado MISHU.
Resumen…
Positivo el balance.
Mejoras leves, pero significativas e importantes.
Ese es nuestro veredicto.
Sí quisiéramos que ojalá una banda dominicana tenga la suficiente presencia, quizas no para cerrar el evento, pero sí para que sea colocado como cabeza de cartel dentro de todo lo que se presente. Aunque eso no depende del todo de los organizadores, sino de la escena musical local, y que se le tome en cuenta. Creemos que se debe enaltecer la «Marca Caribe» como mencionaba días atrás Xiomara Fortuna durante un conversatorio por Discolai.
IOL2018 demostró que se puede hacer un festival musical en RD, pero hay que acostumbrar al público. Buen trabajo.
Equipo DiscoLai.