Isle Of Light, o la continuación de los festivales.

   Para su cuarta edición, el Isle Of Light nos dejó claro que estamos frente a un público que puede adaptarse a la cultura de los festivales musicales. Falta para lograr ese standard internacional, pero ahí vamos.

   Ante todo podemos decir que fue un éxito de convocatoria, a pesar de previas expectativas donde el anuncio inicial del line-up oficial hizo dudar a muchos, pero hay que reconocer que Rita Indiana le dió ese empujón que necesitaba para convencernos a todos.

LO BUENO.

    Iniciamos por todos los puntos positivos anotados en esta presente edición, y es que el IOL ya se posiciona dentro de los importantes eventos de música alternativa en la isla. Es un honor ganado en base a la consistencia de su producción, su cartelera y las novedades que por cuatro años ha ofrecido.

    Por ejemplo, este año vimos la producción de tres conciertos como calentamiento en la zona colonial, sumando un cuarto con el pre-party y un evento previo de talleres y charlas denominado IOL PLUS en el hotel Sheraton, que anteriormente se hacía dentro del mismo festival.

   Es importante resaltar todo ese preámbulo, porque no solo se dieron buenos conciertos, sino que se brindaron herramientas necesarias para que bandas, productores, promotores, etc., conocieran de manera orgánica el «know how» del negocio de la música en la actualidad, aunque mas dirigido a proyectos fuera de nuestra escena. Pero recordemos que la precaria plataforma de nuestro país no puede competir con los grandes mercados por los que se rige la industria a nivel global. OJO con eso.

SHOW EN GENERAL.

De la oferta musical local, basta un click, las redes sociales han sido los principales focos de atención, tanto antes como después del evento, que recogen impresiones muy positivas.

Respecto a las propuestas de este año y abriendo en general, IOL arrancó con Bacayne (RD) en un set de hip-hop y eletrónica seguido por un dj set de MillionYoung (USA). Como primera banda local en escena, disfrutamos de The Cat Lady (RD) y un sonido impecable. Llegamos a Riccie Oriach (RD) como la gran revelación de tarima, recibiendo la ovación del público que ya tenía todo el stage ocupado. Cáyendo la noche y directo desde Sabana Pérdida al norte de la capital, el gangsta rap de Original Juan (RD) se apoderó de la audiencia dándole paso al hip-hop de PJ Sin Suela (PR), poniendo a la gente a bailar.

Mas adelante veríamos una alineación que reunió a un grupo de músicos estrellas de la escena local: Volt Phonic (RD), y de quien esperamos tener mas noticias en lo adelante. Otra banda que nos sorprendió y en su primera visita a la isla, lo fue el proyecto sudamericano radicado en Estados Unidos Hunters of the Alps (PER/USA), para continuar con la participación ya como banda, de MillionYoung. A estos le siguieron Real Estate  (USA), quienes dejaron todo listo para uno de los puntos altos de la noche.

EL REGRESO.

Había llegado la hora de que Rita Indiana (RD) volviera, en una presentación que mezcló alegría, lágrimas, exámen de conciencia, nostalgia, etc. Para muchos parecía imposible verla de frente a una audiencia que llevaba mas de nueve horas esperando ese momento. Pañuelo verde en mano por parte de Rita y celular en manos del público que tomaba fotos, grababa un voice note o transmitía por Facebook Live, fue todo lo que vimos en un momento que pareció detenerse. 9 canciones y 40 minutos después, Rita nos decía que venían cosas buenas. Y así lo esperamos.

No podemos olvidar que nuestra Rita, antes que hacer música, es escritora; su trabajo literario se manifestó en cada esquina del escenario: El control minucioso de la expectativa, el suspenso y el manejo de la sorpresa como herramientas primarias, llevando sin frenos la emoción del público. Cada palabra de su nuevo sencillo “El Castigador” retumbaba en ecos como una letanía. La voz matriarcal de La Montra volvió para incomodar al que vive en el confort y durante todo ese presente manejó la unión de cientos de personas que cantaron y bailaron al son de la correspondencia humanista entre su ética política y su estética popular.

La noche cerraba con los canadienses Crystal Castles (CAN), en un show como carta de presentación que deja buena impresión para su debút en el país.

En general, una producción impecable (luces, sonido y organización) que apunta hacia una plataforma de lanzamiento internacional de nuestros artistas, quienes hicieron la tarea y sorprendieron al igual que las propuestas internacionales, dando buen show en conjunto. Punto a favor de Mishu: respetar el horario de presentación anunciado (aunque entre la banda previo y después de Rita Indiana, ocurrió un lapso de tiempo exagerado. Cosas de producción, lo sabemos).

A nivel logística, creemos que este formato de field day o camping le ofrece un toque animado a cualquier producción, incluyendo espacios para todo público e incluso, para todas las edades. Tanto el area de comida-bebida como de entretenimiento y bazar, dan ese espacio de relajación disfrutando durante las 12 horas que los asistentes estuvieron congregados en Punta Torrecilla, con vista al mar y compartiendo al aire libre.

PARA TOMAR EN CUENTA.

Claro, debemos también sacar a relucir ciertos puntos que pueden mejorar y es el referente el line-up y su ubicación dentro del horario. En nuestra opinión, artistas como Riccie Oriach hubiese funcionado mejor al final de la jornada, igual que otros artistas que bien pudieron estar al inicio. También entendemos que los organizadores no manejan agenda de artistas, sino mas bien que son esclavos de ellas, pero es algo que incide con el factor sorpresa al anunciar un listado de propuestas.

Podemos decir que pasaron la prueba una vez mas, y solo nos queda esperar otra entrega del Isle Of Light.

DISCOLAI._