Por: Discolai Crew [Fotos por Thomas DLS y Fernando Peralta]
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Desde la primera vez que asistimos al festival Isle Of Light, exactamente desde el 2017 (año en el que iniciamos está serie de reseñas) hemos sido testigos de como el festival ha crecido, ha cambiado y va evolucionando. Mishu (productora del evento) ha tratado de prestar atención a todos los consejos y críticas, manteniendo el oído en la boca de el público, mejorando cada vez más, y entregando una edición casi impecable.
Eran las 3:00 de la tarde, hora en la que estaba pautado el inicio de las bandas y desde que entramos por esa puerta pudimos ser testigos de tres escenarios en donde los artistas cobraron protagonismo de igual manera y magnitud, bautizados con nombres como el Isle of Light (el del faro)/Mishu (el del medio)/Radio Bizarro (El Domo). Sin perder tiempo teníamos en el Mishu a Le Montro, puro rock que abrió el festival, unos de los actos sin duda que muestra la calidad de la escena y la apuesta del festival por la misma, mostrando una banda madura, con un sonido sólido y un manejo a la altura la cual tenía la dura tarea de recibir a los primeros inquilinos que por más de 12 horas estaríamos ahí, al mismo tiempo lo hacía Ben García en el Domo, con un set que invitaba a bailar. Luego teníamos a la banda Colao quien se estrenaba, en el que por mucho tiempo fue el stage principal, la agrupación mostraba su propuesta una mezcla de funk y psicodelia, aprovechando para cantar canciones de su primera producción ‘Fuego en la Lata’ y mostrar las que vienen en su próximo trabajo. La banda lleva el término de su nombre a su máxima expresión, solo había que verla con su vestuarios cual beatles modernos.









Sin duda no hubo espacios en blanco, terminado Colao tenías la oferta de conocer el proyecto híbrido de Maria Lunares quien mostraba sus canciones sumándole nuevos inventos, una combinación entre lo acústico, experimental y beats contagiosos, la misma sería seguida por Bosteels, otro dj local; Apenas eran las 4:00 de la tarde y con el sol en sus buenas sale a escena Poolpo, un proyecto que por sus años de experiencia tiene ese carácter de ser reconocidos como veteranos y había convocado a sus fanáticos a asistir, y así fue, unos cientos de cabezas decían presente, y el espacio de iba llenando, mostrando como el publico local apoya a los suyos. La banda mostró su repertorio que han creado en estos casi 15 años de carrera haciendo que la gente cante y ganando nuevo publico.
Que todos los artistas estén a tiempo tiene su desventajas, como el sacrificar las ultimas canciones de una tarima para llegar a la otra, pero las distancias eran cercanas (otro punto a favor), y así fue como ya en tarima Nikóla decía presente, y todo estaba debidamente cuidado, desde sus músicos, el sonido, su vestuario, sus bailarines, un show a la altura, mostrándonos una Nikóla en otro nivel (esperen esa entrevista con nosotros). Pero una de las sorpresas de la tarde, sin dudas fue Calacote, el rapero dominicano radicado en Estados Unidos tenía la difícil tarea de crear conexión de inmediato. A diferencia de los demás, era la primera vez que se presentaba para el publico local, para muchos era un desconocido dentro del cartel, y con un show en donde pasó de canciones propias a coquetear con otras populares (de otros artistas) invitando al youtuber e influencer Frooby como parte de su show el cual crearon una especie de efecto Doppelgänger, al estar vestidos ‘idénticos’. Calacote conectó con el publico que se reía, o no se resistía a moverse, fue divertido ver la cara del público que en momentos se preguntaba qué estaba pasando, o encontrarnos con el productor Maffio quien se ha convertido en el protector del exponente. El rapero dió cátedra de versatilidad dentro de su género a presentarse con una banda formada por Fede Lopez, Xiio Damirón, Sosa Mas Nada entre otros músicos reconocidos de la escena, que fueron cómplices de su tiempo en escena y traer invitados como Lena Dardelet a cantar con él.









La tarde prometía y de un escenario a otro subía Yasser Tejeda quien desde el principio fue una sorpresa dentro del cartel. El músico dominicano, quien en la actualidad radica en New York, ofrece una amalgama de ritmos dominicanos y afroantillanos en donde invita a todos a bailar y a tomar esa ‘dominicanidad’ en la música y en el folclore mismo. Del otro lado, en el Domo estaba Martox y el público allí iba aumentando, jovencitos (en comparación a los que estaban con Yasser) incluso notables que eran de otra clase social, que se disponían a bailar con el pop, el funk y los sonidos de este dúo, que supo como sacarle provecho a su tiempo mostrando todas sus canciones. Ya la noche iba abriendo camino, el sol caía, y los boricuas de Buscabulla se presentaban nuevamente en la isla, trayendo su indie pop y electropop y 5 minutos después iniciaba en otro lugar Paco Versailles, un proyecto radicado en los Angeles, Estados Unidos, que ofrece una mezcla de electrónica con guitarra flamenca, creada por el cantante y músico Ryan Merchant y el guitarrista/músico Vahagni. Nos sorprendió como el público coreaba algunas de sus canciones, hasta llegar ‘Soy Gitano’, el éxito que los trajo hasta aquí.
Por un momento y antes de marcar la 7:00 pm de la noche, como zombies todo el mundo se acercaba al escenario Isle Of Light a recibir a un hijo de Quisqueya: Alex Ferreira, quien se había convertido en uno de los nombres más esperados con un show donde aprovechó para cantar todos sus éxitos aparte de canciones nuevas, sus inventos con varios músicos invitados para pasar a la bachata, al merengue, y enamoró a todo el público que tenía los ojos y oídos en una sola dirección.









En el Domo, Carmen Cambiaso, o mejor dicho The Change junto a su dj de cabecera Peter Guzmán, tomaban el stage para llenarlo de reguetón dulce del que la artista se ha hecho dueña, mientras que en la tarima de Mishu se encedía con la llegada de Franc Moody desde Londres. Con ese estilo disco-funk, la banda liderada por Ned Franc y Jon Moody nos puso a todos a bailar, sin duda una perfecta combinación junto al mar que les quedaba al lado de la tarima, y entre cantos, bailes y mucha buena vibra teníamos que marchar hacía la última presentación de una local (sí, así queremos llamarle) para esta entrega del IOL. Aunque tuvo un retraso de 20 minutos en su presentación (siendo el único de toda la jornada), el espacio del Domo se iba llenando, tomando en cuenta que todo el día se vio con un flujo bastante bueno, todos estábamos ahí para ser testigo por primera vez y de una vez por todas ver a Yendry, nuestra dominicana radicada en Italia quien el año pasado tuvo que cancelar en ultimo minuto (también había cancelado en un evento en New York). Al parecer esta espera valió la pena, ya que vino acompañada de un DJ. Con esto Yendry se la pasó entre bailes, canciones, saludó a su familia que venía de Herrera a verla por primera vez, su abuela –«Mi abuela Monga, está por aquí» decía la cantante mientra no podía esconder la emoción-, todos también lo estábamos, eramos testigo de como todos la recibíamos por primera vez frente a un escenario, no podía creer que todo el mundo supiera sus canciones, y por momentos dejaba que fuese el público que se convirtiera en su banda.
La noche ya caía pero todavía faltaba más mambo, y lo bueno de esta edición es que cuando tenías que tomar un descanso entre artistas, habían ofertas para caminar, como ver las tienditas para comprar mercancías, encontrar un bean en el piso, una mesa para comer. Tantos los baños como las opciones de comida y bebida fueron suficientes, (aunque escuchamos quejas del precio del agua) todo corría sin problema, todo se veía limpio, no había basura acumulada, contaron con suficientes zafacones, todo esta vez estaba calculado para satisfacer las expectativas de todos, había plan por si llovía (por eso el Domo, duh!), pero nuestra única queja fue precisamente es el polvo del Domo, se entiende que estamos en un lugar que solo se usa una vez al año, pero confiamos que para la próxima edición eso será historia. Otra de las quejas que escuchamos fue la de los parqueos… pero, había alternativas de ir en taxi, Uber o con el coro para no llevar tantos vehículos y aprovechar el poco espacio de parqueo. En el futuro se puede probar el uso de ‘Shuttle bus’ que mueva de un punto especifico a los visitantes. Detalles que de seguro serán tomados en cuenta para la próxima edición.
La noche le dió paso a la gozadera con los panas de Venezuela (radicados en USA desde sus inicios), Los Amigos Invisibles que demostraron su veteranía, y dieron un show a la altura, sin dejar caer los ánimos ni un solo momento, luego teníamos dos ofertas, Helado Negro y Nicki Nicole en el Domo y el stage Mishu respectivamente, y los ánimos seguían arriba pero esta vez el guía espiritual nos traía una propuesta entre lo alternativo, lo electrónico y lo experimental, hablamos de Helado Negro. Nos mantuvo a todos cantando, incluso invitó a Raquel de Buscabulla a acompañarle en un tema, todos vivíamos un trance musical mientras afuera, salía fuego, humo, luces en el escenario de Nicki Nicole, en un show espectacular que la argentina trajo al país definitivamente a otro nivel, definitivamente la mejor puesta en escena de la noche.
Todo estaba preparado en el stage principal para recibir la oferta indie-rock y progresiva de los ingleses Alt-J, y claramente era uno de los platos fuertes del festival contando con una legión de fanS que se aglomeraron para presenciar el despliegue de sonido y profesionalidad por parte de esta tremenda banda. Quizá, y como comentario particular de nuestra parte, Alt-J fue de las buenas propuestas pero no para un horario a tan alta hora de la jornada. Hubiese funcionado más temprano, aunque entendemos que al ser un grupo de headline se tomó en cuenta para colocarlo a la hora que se presentó. De todas formas cumplieron con el cometido de mantener atento al público.













Pero la noche tenía reservada un cierre a la altura de un festival de verdad, y eso ocurrió en el espacio Mishu con los franceses Polo & Pan. Mejor de ahí se dañaba. Electro, «touch french», dance, disco, aparte de unas visuales alucinantes y la buena vibra de un público que disfrutó cada beat de cada track/canción. Ese fue un cierre más que acertado. Buena esa por los organizadores.
Ya para el cierre tuvimos el chance de alcanzar a ver a Lee Foss, Maya Jane Coles, y nuestro local Freaky Philip con su propuesta rompiente de sonido urbano y electrónico. Como debe ser, irse moviéndose con la poca energía que quedaba, pero felices y contentos de ver tantos buenos shows, encontrarse con amigos, conocidos y nuevos contactos. Porque para eso es la música, para compartir buenos momentos, y definitivamente que Isle Of Light en su edición 2023 nos dejó un buen sabor con momentos inolvidables.
¡HASTA EL 2024!