Con pandemia incluida tenemos de vuelta la ‘fiesta del arte nacional’ con el hashtag #SoberanosSomosTodos. Y es bueno que se siga reconociendo lo que se hace en materia de entretenimiento en el país, ya que todo pueblo -como se viene diciendo desde el año 100 A. D. en la antigua Roma- necesita pan y circo.
El detalle/problema con sus agravantes es cuando solo se reconoce lo que le interesa a una parte que vive del día a día, en un país donde el arte y la cultura son solo tema de campaña política y/o interés comercial. Por ello esto se refleja incluso en las esferas donde se disimula interés por ‘la cultura’. Pasa en redes sociales, pasa en las ondas de radio, en las señales de televisión o cable, y por supuesto, queda impreso en el periódico que tiene uso final tanto en carnicerias como en letrinas.
Desde este portal hemos sido plurales y críticos, abiertos a toda expresión del rubro música, aún cuando contamos con tantos medios masivos que pueden también hacerse eco de lo que aquí publicamos. Y si la excusa es que tal o cual propuesta musical no llega a las masas que consumen otros géneros musicales, también la aceptamos. Pero no podemos tolerar que se trate de invisiblizar o menospreciar el trabajo de tantas personas involucradas en la llamada Escena Musical Alternativa Dominicana. Eso es lo que hemos visto a raíz de la publicación de los nominados a Música Alternativa de los Premios Soberanos 2021, que buscan resarcir la premiación que no se llevó a cabo en 2020 por la pandemia del Covid-19.
Consideramos una falta de respeto por parte de Acroarte, en primer lugar el que hayan hecho un copy-paste de los nominados de dicha categoría para la edición 2019 (aunque dichos nominados tengan todos los méritos, y aún ante esa falta puedan repetir en ese mismo orden de elección para la presente premiación), pero también se nota la falta de visión y falta a su propósito que es reconocer lo que se produce en el país, aunque estos artistas no sean consumidos por las masas, porque al final de cuenta es arte, música y una expresión que se manifiesta en toda la nación. La música alternativa no es solo la que se hace/graba/presenta en la Zona Colonial de Santo Domingo.
Con todo respeto a los cronistas de arte, si quieren conocer lo que se hace en el país en esta categoría, pregunten, pidan asesoría (no le vamos a cobrar por eso), leánnos, busquen otros medios como nosotros, que también están tratando de dar a conocer todo lo que se hace en la isla. Y sepan que 2019 y 2020 son de los años donde más música se ha grabado y lanzado en el patio, y que a pesar de la pandemia nacieron otros estilos, artistas y formas de dar a conocer todo este material. Como dato al margen, lo Alternativo va más allá del tocar con tambores. Esto abarca rock, electrónica, hip-hop, música raíz, jazz, reguetón, merengue y bachata bajo otros colores, pop, dubstep, y varios géneros que se han ido fusionando con el tiempo.
Aquí les vamos a dejar un regalo, gratis, sin costo, con toda la buena intención.
Los nominados a esa categoría con la que ustedes dicen apoyar a los Alternativos dominicanos.
De nada.
2019.
Pororó.
Al lanzar su disco debut titulado «Por los dos», este fue el año que les dió a conocer entre presentaciones con una propuesta que mezclaba la dulzura de sus composiciones, con los sonidos y ritmos que identifican su entorno: Villa Mella. Reeditaron el disco un año después para celebrar el lanzamiento, con una versión revisitada.
Solo Fernández.
Convirtiéndose en la propuesta aventajada de la escena rockera local, lograron enlazar varios géneros (disco/funk/indie/electrónica/pop) y hacerlos digeribles para un nuevo público en el país. Con presentaciones en festivales, conciertos y eventos temáticos, así como presencia en redes sociales, pudieron posicionarse como una propuesta visible gracias al excelente disco «Multicolor».
Josean Jacobo & Tumbao.
Bajo la sombrilla del movimiento Afro Dominican Jazz, Josean presentó «Cimarrón» su tercer disco de estudio donde sigue experimentando de forma creativa, desafiante y hasta divertida. Es un disco que reivindica nuestras raíces y que consta con composiciones propias, así como un cover y varios guiños a nuestra dominicanidad, expresada en piano y percusión que se apoya en el jazz de vanguardia dentro de la isla.
Hedrich Baez y La Juntiña.
Al igual que Josean, otra propuesta que abraza lo nuestro y va más allá del llamado free-jazz. «Un día como hoy» fue un disco presentado también en la Sala Aída Bonelly de Díaz del Teatro Nacional, que sirve como ejemplo de otro de los espacios que esperan sacar la música alternativa de la zona “de la zona”. Más que una banda típica de los llamados ‘ven-tú’, tenemos un disco con un proyecto de músicos profesionales que con toda la madurez de la experiencia, nos entrega una producción musical que tiene una intención basada en la búsqueda de nuestra identidad sonora.
Vicente García.
Si el álbum «A la Mar» fue su graduación, «Candela» continuó como su doctorado mezclando ritmos, tiempos, llevando los sonidos más estridentes que tenemos en la isla a una zona que es difícil llevarlos. Un disco que contó con gira, videos y se gestó entre bachata, merengue y pop. Resultado: 2 nominaciones al Grammy Latino 2019 (Mejor Álbum Tropical Latino y Grabación del Año por el tema «Ahí ahí»).
Dkano – Búscame.
El hip-hop tiene quien lance rimas por él, y Dkano es uno de ellos. Entre 2019 y 2020, este exponente lanzó 3 álbumes. Fueron proyectos conceptuales en donde el rap es un recurso más, donde destacan los álbumes «Búscame» y «Habrá Esperanza», y allí Dkano se arriesgó a irse por lo social e incursionar en otros ritmos dentro de su género base, llevando un mensaje sin perderse a lo largo de este proceso.
Yasser Tejeda & Palotré.
Siguiendo su apostolado de investigar nuestros ritmos, en este nuevo trabajo logró llevar sus experimentos a otro nivel sobrepasando lo anteriormente obtenido. Colaborando con Vicente García y El Prodigio, el álbum «Kijombo» lo llevó a otras plazas y otros escenarios. De paso, vino al país a presentar el disco y a la vez, abarrotar e inaugurar el Auditorio Rafael Solano del mítico edificio de RadioTelevisión Dominicana.
***
2020.
Leton Pé.
Acá tenemos el vivo ejemplo de que el pop es más que una etiqueta para marcar lo superficial. Y eso es lo que trae su propuesta: sonidos del caribe moderno con música bien producida por djs que satisfacen esa necesidad de unir dos mundos de manera sonora. A pesar de que se limitó a aprovechar la pandemia desde sus redes sociales lanzando sencillos regularmente (con sus respectivos videoclips), el que no haya editado un álbum completo, a Leton esto no le resta ser una artista con todo incluido como lo es imagen, sonido y performance.
Riccie Oriach.
Siendo el fenómeno que ha sido premiado y aplaudido muchas veces, en 2020 Riccie logró el sueño de muchos artistas en este pedazo de isla: ser reconocido fuera, al ser nominado en los Grammy Latinos en una categoría no habitual para alguien que sale de Quisqueya, como lo es Mejor Álbum Tropical Contemporáneo/Fusión Tropical por «Mi derriengue». Y desde ya, este su segundo disco, venía bendecido por las manos del multigalardonado Eduardo Cabra (Visitante). A pesar de que no supera su disco debut, «Mi Derriengue» tiene de todo un chin, como mosaicos de ritmos locales ejecutados con mucha modernidad.
MULA.
El trío de Santiago puede jactarse de usar la frase que reza «nadie es profeta en su tierra», y hacerlo al pie de la letra. Las chicas han basado su carrera musical en la aceptación internacional de una escena que llega a multitudes al momento de verlas, haciendo lazos con otros artistas en diferentes partes del mundo quienes conocen a través de las mezclas de las dominicanas, otro caribe que no sale en los brochures de tiendas de viajes. En su magnífico disco «Mundo», MULA mezcla lo moderno con lo tropical y géneros tan dispares como el trap o el dubstep con dembow, reggaeton y meren-house. Fuera de RD ha sido su fórmula para ser aclamadas.
Rita Indiana.
Aunque La Montra regresó en un momento difícil, supo aprovechar cada momento y espacio para dar a conocer un disco, que también bajo la producción de Eduardo Cabra cuenta con invitados de lujos y otros tan disímiles pero efectivos. En «Mandinga Times» Rita hace lo mejor que sabe hacer, y es el de contar historias que los libros no traen, mostrándola a todo vapor, tanto en lo musical como en lo literario. Aprovechando el apocalipsis en estos nuevos tiempos, mostrándolo en videos y en presentaciones pre-grabadas, también prestó su figura en el concierto de la Plaza de la Bandera denominado Trabucazo 2020, en protesta por la suspensión de las elecciones de febrero de ese año en el país.
Mediopicky.
Basar el trabajo del productor y cantante Mediopicky en una sola línea, es limitar su talento. Todo lo que ha desarrollado estos últimos años puede verificarse en sus sonidos que van de lo electrónico a lo urbano creando una línea difícil de encasillar. Cabe destacar su trabajo con artistas locales e internacionales en un trabajo donde se refleja el caribe de los últimos tiempos, sin miedo a experimentar con dembow o regueton, creando una razón para que desde afuera peguen sus ojos en el talento del local. Una muestra de todo esto puede verificarse en su disco solista «Pablito».
Error Subcutáneo.
Otro ejemplo de lo mucho que abarca lo experimental al escuchar a este dúo de conocedores, entre lo que pueden hacer tanto en conjunto como individualmente. Es un proyecto que abarca el nu-jazz de manera ruda, cruda y salvaje, pero como todo caos, dentro de un perfecto orden. Por otro lado, podríamos decir que es una electrónica de la manera más orgánica posible, y así es como Gonzalo y Mauro se expresan, un proyecto que empezó desde la distancia antes de la pandemia y que nunca pensó que tendría tanto sentido en todo este tiempo de confinamiento. Para la eternidad atesoran su primera producción titulada igual que el proyecto, y es un trabajo que llamó la atención de una disquera basada en Londres quienes editaron su primer disco en vinilo, y más tarde han colgado un EP en plataformas digitales.
** Imagen de archivo de Reconocidos.net