Joshy Melo & su Cu4tro – Metura [2020].

Por: Manuel Betances.

Es un hecho ya conocido el que tengamos un circuito activo en la escena musical del jazz en nuestro país. Llamándole como se le llame, -que si jazz afro-dominicano o afro-jazz, que si fusión, etc.- de lo que sí estamos seguros es que la creatividad y el colorido sonoro de nuestro Caribe, se ve reflejado en las diferentes propuestas que han surgido en los últimos años en el patio.

Joshy & su Cu4tro es uno de esos proyectos que vimos crecer en distintos espacios y formatos de presentación, por lo que no podíamos perder la oportunidad de asistir al nacimiento de «Metura», en un lanzamiento que se llevó a cabo hace unas cuantas semanas en la Sala Aída Bonelly de Díaz del Teatro Nacional.

Metura es un disco que se pasea en yola como un pescador del Malecón de Santo Domingo en ese mar azul que tenemos frente a la capital dominicana, y va recogiendo los frutos marinos para traer a casa esa ‘compaña’ para el sustento diario. A fín de cuentas una metura es eso: la guarnición que se le pone al plato en la mesa. Y este disco me parece un plato para acompañarlo con toda la variedad del rico menú musical que tenemos en el país, y lo que nos llega como influencia de otras recetas sonoras.

Por ejemplo, abriendo el disco, «Anacahuita» nos invita a sentarnos bajo la sombra de esta especie frondosa bajo sus ramas, y nos brinda un sabor brasileño con toques de big band y el cuatro que se escapa como rayos de sol entre el follaje de este árbol de América Central. «Pa’ lo muchacho» es un merengue con cuatro, percusión y bajo como base, y un saxo que nos transporta a una enramada con un fogón de fondo.

Y como hablamos de mar, enramada y comida, no hay nada más propicio que una juntadera, por lo que en «A la cosha de Pa» notamos una pieza que sirve para dar buenas noticias. Es un pambiche relajado , dedicado a Amir, hijo de Joshy. Luego de un plato fuerte, en nuestros campos es lógico la ingesta de algún licor o café. «Sálvese quién pueda» es una salve con tintes de ga-gá que marida bien en este punto.

La pachanga sigue de fiesta en este disco que puede dar paso a un juego de dominó, y de fondo, «Champola» nos ofrece un match entre percusión y cuerdas sobre teclado. Seguido por «Sideral» con un solo de cuatro y base de congo que motivan a recargar el trago… de café.

«De camino al batey» reivindica la búsqueda que Metura exhibe, y este track lo atestigua en la instrumentación que juega como a pasarse la pelota entre cada músico. Escúchen con atención, por favor. Ga-gá con vocoder que nos deja la imagen de un mar encrespado. El cierre no puede quedar mejor planteado que un homenaje a nuestras raíces, y de eso va «Congo pa’ mi», siendo un congo montando sobre un Cuatro y en honor a Cundengo Minier, desde Mata Los Indios, Villa Mella. Esto lo bautizamos como ‘Un Congo cuatriboliao’.

Así escuchamos Metura, en una presentación que contó con la vibra de un junte amistoso y/o familiar, y un disco físico con un arte realizado por el artista de la costa norte, Adolfo Farrington. La banda, compuesta por Gerson Shepard (saxo), José Ignacio Santos (clarinete), Raúl Sánchez (percusión), Salvador Guiterrez (batería), Nicolás Calcaño (bajo), Abel de la Rosa (piano) y Joshy Melo (cuatro y guitarra), nos dieron un buen convite, y la ‘compaña’ no puede caer mejor para una noche de estreno y buena digestión posterior.

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