El-Kadur Acosta, Sofar Santo Domingo

City Leader

Buscando la forma de enfocar diferente el formato de las presentaciones en vivo, encuentro a Sofar Sounds. El concepto literalmente me dejó atónito, porque es un verdadero viaje a lo básico, dejando de lado muchas cosas que sobran, dentro de un ambiente único. Una sesión de Sofar (Songs From A Room) consiste en tres (3) artistas, con un repertorio limitado a no más de 25 minutos, pero la convocatoria es por invitación, donde solamente se sabe quiénes cantan y la ubicación exacta para quienes estén inscritos en la lista de invitados.

 Hay elementos dentro del formato de presentaciones artísticas a las que estamos acostumbrados que no nos permiten disfrutar de nuestra razón real para estar en ese lugar. Entretanto, la descripción de la dinámica Sofar fue muy atractiva, me iluminó sobre las cosas que no me permiten disfrutar de una presentación artística; pero no tenía idea que la experiencia sería mucho más placentera.

 Sin expectativa alguna contacté a Sofar Sounds, la respuesta e interés fueron inmediatos.  Una vez les contactas y demuestras que podrías ser parte de esta comunidad, te guían todo el camino. No es tedioso, no hay requisitos imposibles. Debes demostrar vocación, amor y liderazgo por el proyecto.

 Una vez aprobado como representante local o City Leader, el próximo paso es planificar tu primera sesión de Sofar. Esto fue interesante.  Casi desde el mismo inicio tengo colaboradores. Buscamos lugares así también analizamos quiénes podrían ser parte de la primera presentación. Una de las artistas que se sintió más identificada con el concepto fue Carolina Camacho.

 Carolina es una bella persona y una artista única, cuya personalidad magnética para las aguas reclamando atención, aunque no la pida. Emmanuel Bonnet fue elegido también, así como también Melajode de el Comedy Club. La alineación de artistas fue curada exitosamente, pero faltaba el lugar.

 Emmanuel Peña, dueño de un estudio musical dedicado a la enseñanza, se ofreció como anfitrión. Attico Music & Arts es un espacio bien acogedor, bonito y bien ubicado. Para el primer evento no tuve expectativas, solamente la sorpresa de ver cuántas solicitudes de invitación obtuvo el primer Sofar. La magia se cumplió, todo corrió solo: El público sentado en el piso, compartiendo las bebidas que habían comprado en un colmado o habían traído desde sus casas, en absoluto silencio prestando atención a la presentación de cada uno de los artistas. Pero Carolina fue más allá, cerrando la tanda de presentaciones hipnotizó y puso hasta a bailar al público; como en montaña rusa, el público se dejó llevar.

 El objetivo se había cumplido. Santo Domingo ya es una ciudad Sofar Sounds. Los artistas tienen un espacio para poder de manera íntima revitalizar la magia de la música y compartirla globalmente.

 No puedo quejarme de personas quienes ofrecen sus servicios desde el mismo primer día, en aras de que este proyecto prospere en nuestro país, personas que entienden a plenitud estas iniciativas.