Así va sonando el 2025: Planta Industrial, Leonel Raymond, Inka, José Alberto Ureña.

por: Max ‘Drlacxos’ Cueto.-

Esta semana llegan lanzamientos que exploran identidad y riesgo creativo: desde el punk urbano de Planta Industrial hasta el jazz contemporáneo de José Alberto Ureña, pasando por el pop introspectivo de Leonel Raymond y la energía urbana de Inka. Cuatro proyectos distintos, unidos por la curiosidad, la experimentación y la búsqueda de un sonido propio.

Planta Industrial – Punk Wave Sin Barreras Volumen.1 Conociéndonos

Punk Wave Sin Barreras Volumen 1: Conociéndonos es el EP debut del dúo dominicano‑neoyorquino Planta Industrial, compuesto por Saso y akathedarknight. El EP entiende al punk como punto de partida, pero lo expande y lo subvierte. Hay samples de hip‑hop clásico, referencias a electrónica y dembow, metal y ritmos caribeños conviviendo. Esa mezcla desordenada, casi caótica es su victoria. Recordemos que el proyecto no llega a 18 minutos; algunas canciones suenan más como bocetos, como flashes. Hay momentos potentes, pero la intensidad a veces impide que todas las ideas terminen de explorarse. Con temas como “Arthur Ave”, Teteo in the Bronx” o “You NOT from”, el dúo rinde homenaje a su origen urbano en Nueva York y a sus raíces latinas. Hay orgullo de barrio, de raíces, de ser hijos del cruce entre culturas. Planta Industrial afirma un sonido propio, pero todavía parece en fase de formación, están experimentando, mezclando y tanteando. El proyecto es un manifiesto de intenciones más que una declaración definitiva. Hay muchos guiños al inmigrante dominicano, como la portada o el propio nombre del EP; quien haya comprado o recibido el curso Inglés sin Barreras lo entenderá. Encontrarse con un cover de Aventura al final del EP en versión post‑punk (al estilo de los covers de Friolento) es, sin duda, uno de los gestos más punk que podrías encontrar. En conjunto, Punk Wave Sin Barreras Volumen 1 es una explosión de identidad, herencias, rabia y orgullo cultural; un grito desde el Bronx hacia el mundo latino y global. En un ambiente musical muchas veces uniforme, Planta Industrial decide salirse del molde, mezclar, chocar y reivindicar su origen sin pedir permiso.


Leonel Raymond – PILOT EPISODE

En un panorama pop donde la vulnerabilidad suele presentarse como un accesorio, ‘Pilot Episode‘ llega como la prueba de que todavía existen artistas interesados en narrar procesos emocionales sin filtros, sin correcciones, sin pretender haber salido ilesos. El debut de Leonel Raymond no es un statement de perfección, sino un recordatorio de que las grandes historias empiezan con temblor en la voz. Raymond mismo lo admite: “no es perfecto, no es lo mejor, pero es el comienzo.” Esa frase se siente como la tesis central del álbum. Cada canción funciona como un cuarto distinto en el laberinto mental de un corazón roto, un recorrido donde el artista nos guía sin necesidad de explicarlo todo. Aquí hay ingenuidad, ego, dramatismo, resentimiento, dolor y, eventualmente, aceptación, pero nada aparece como clímax artificial. “As in My Mind,” funciona como la llave final del concepto. Raymond lo describe como la pista que más encapsula el ADN del proyecto, y se nota, es atmosférica, cargada, casi cinematográfica, es la clase de canción que hace que quieras escuchar el álbum desde el principio solo para confirmar que sí, esa tensión emocional estuvo ahí desde el minuto uno. Si algo deja claro este debut es que Raymond entiende el poder de un primer paso. Él mismo lo nombra como “episodio piloto”, ese capítulo inicial que no promete perfección, pero sí potencial. El álbum se siente como eso, una prueba, un borrador hermoso, una entrada a un universo que apenas está tomando forma. Hay una energía cruda que invita a imaginar cómo se vería esto en vivo, cómo crecería con visuales, con escenografía, con una narrativa expandida. Es, en el mejor sentido posible, un proyecto que deja con ganas de más.


Inka – IDM25

Luego de entregarnos una producción profunda, interesante y bien trabajada como Villa Mella, Inka viene más relajado con IDM25 (Inka Dembow Mix 2025), un EP breve pero enérgico: cinco canciones que funcionan como declaración de intención más que como manifiesto. En este proyecto, Inka apuesta al ritmo, al flow urbano y a la frescura contemporánea, mezclando agresividad y reflexión en cortes directos al grano, como se nota en “BOBO CON LO MONO…”.Aunque sigue creando líneas de contenido social, esta vez casi camufladas entre beats de dembow y reguetón, su brevedad lo hace conciso y potente, pero también limita la profundidad: las ideas quedan insinuadas y la identidad artística todavía se está definiendo. Tal vez esperábamos más luego de su producción anterior, o quizás era el momento de brindarnos colaboraciones interesantes, como las que ha mostrado durante el año junto a Nikola o Lena Dardelet. IDM25 se siente como un experimento, un reset, un aviso: “aquí estoy de nuevo, listo para otros capítulos”. Esa expectativa puede ser parte de su encanto o de su plan de lanzamiento, dejando al oyente con ganas de más. El track que cierra el EP, “AHORA QUE TENGO GANA$”, es una joya: un instrumental donde colabora con el Grupo de Atabales Mauricio Mercedes, mezclando lo orgánico con lo producido. Sin embargo, se esperaba escuchar a Inka montándose sobre el beat, creando una canción que demostrara que el dembow y lo folclórico pueden funcionar juntos. Esperemos que eso sea parte de su próximo plan.


José Alberto Ureña – ‘A La Rutina’

José Alberto Ureña transforma lo cotidiano en jazz en su álbum A la Rutina. Con una mezcla de jazz contemporáneo, fusión y toques latinos, cada pieza refleja un fragmento de la vida diaria, logrando un disco coherente, dinámico y lleno de personalidad. En comparación con su trabajo anterior, Segundo Viaje, A la Rutina presenta una producción más elaborada, con arreglos densos y un tono mucho más sobrio. Es perfecto para momentos relajados e introspectivos, un café, un atardecer o para acompañar actividades creativas donde un fondo musical sofisticado enriquezca el ambiente. También funciona bien para quienes están explorando el jazz dominicano moderno, el álbum muestra que hay una propuesta seria, creativa y contemporánea desde República Dominicana. El sencillo Sácalos, lanzado en 2024, sigue siendo ese “link perdido” que sorprende y deja con ganas de seguir escuchando más de su música. La producción es pulida, los arreglos cuidadosos y la interpretación demuestra madurez técnica y sensibilidad caribeña. Aunque es instrumental y requiere atención para apreciarlo, el álbum es accesible y envolvente, ideal para quienes buscan un jazz sofisticado, moderno y con alma. A la Rutina es un paseo musical por la vida cotidiana que brilla por su creatividad y elegancia.