David Deflores: «Quiero crear una conexión entre la música y el arte desde Samaná».

por: Manuel Betances.-

Seguimos con esta serie de encuentros de la plataforma Isla Sonora, en coordinación con la Alianza Francesa de Santo Domingo, RFI Santo Domingo, Le Bistró Café y la Embajada de Francia en la República Dominicana. Hemos estado recorriendo la isla —Santiago, Las Terrenas y pronto regresaremos a la capital—. Mientras tanto, vamos a hablar de lo ocurrido el pasado 23 de febrero en Las Terrenas, donde tuvimos la oportunidad de presentar uno de esos talentos que buscan una plaza en la Fiesta de la Música 2025. Además, pudimos contactar vía telefónica a David DeFlores, uno de los artistas participantes.

Discolai: David, bienvenido a esta serie de entrevistas. Cuéntanos, ¿cómo te sientes?

David DeFlores: Sí, muchas gracias. Gracias por la llamada, por la invitación. Estoy muy contento de estar aquí compartiendo con ustedes un poco de mi vida musical en República Dominicana.

Genial. Empecemos por ahí, desde el inicio. Eres chileno y vienes a quedarte acá en Samaná. A ver, ¿cómo es eso? De un continente a una isla.

Soy chileno, viviendo en Playa El Valle, en la costa norte de República Dominicana. Llegué con un proyecto de trabajo por una semana desde Chile y me enamoré del Valle. Después de un tiempo trabajando y dando vueltas por República Dominicana, especialmente en Punta Cana, decidí mudarme al Valle, y bueno, ahí me quedé.
Aquí tengo una familia grande, amigos extranjeros que tienen varios proyectos de hotelería, proyectos wellness; hacemos actividades de bienestar, música, conciertos, videos. Hay una gran sinergia colectiva y creativa, muy entretenida, que sigue creciendo. La idea también es potenciar esta zona, El Valle de Samaná, que para mí es uno de los lugares más bonitos de República Dominicana.

¿Y el tema de la música? ¿Cómo nace esa pasión?

Nace a los 15 años, con una batería que me regaló mi mamá. Mucho antes ya tenía el deseo de tocar, pero recién a los 14 años tuve mi primera batería, que era algo bastante grande para tener en un departamento. Antes de eso, tocaba en los cojines de mi cama. A los 12 años empecé a ir a clases de batería en una escuela, y para mí era alucinante: era solo una vez a la semana, así que tenía que esperar toda la semana para tocar en la escuela, el único lugar donde podía hacerlo.
Después formé mi primer grupo de amigos músicos y tuvimos nuestra primera banda, que se llamaba Enredados. Tocábamos blues y algo de jazz, alrededor de los 15 y 16 años. Justo en esa etapa me cambié de colegio y empecé a estudiar en un colegio artístico que ya formaba parte de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.
Ahí estudiaba música, percusión clásica, y todo se volvió muy energético: conocer a otros músicos, estar rodeado de actores, bailarines, pintores… Fue una mezcla muy enriquecedora. Después, en la facultad, teníamos clases de 8 a.m. a 2 p.m., y luego, de 3 p.m. hasta las 7 u 8 de la noche, clases de música. Era impresionante. Yo era muy joven y todo era muy emocionante y nutritivo para mí.

Foto por Juan Mendoza

Fueron años de muchos cambios, ¿no?

Sí, totalmente. Más adelante, la percusión clásica me empezó a aburrir un poco; no quería seguir tocando solo música clásica. Me gustaban Lenny Kravitz, Prince, Michael Jackson. Quería tocar canciones, sentir el beat de la batería. Eso no le gustaba mucho a los profesores, porque estaban en una época muy tradicionalista.
Así que formé otra banda con otros amigos, empezamos a hacer música pop, y se volvió algo imprescindible en mi vida. Dejé el colegio a los 16 años para dedicarme 100% a la música, y después, alrededor de los 20 años, terminé el colegio.
Fue una de las mejores decisiones que he tomado. Tuve tres bandas, grabé cuatro discos con dos proyectos anteriores. Y en los últimos dos años, ya en República Dominicana —llegué en junio de 2023—, vine con la idea de dejarme sorprender por la vida, y la vida me ha sorprendido muchísimo.
He conocido gente hermosa que se ha convertido en mi familia aquí. Empecé a hacer música con un amigo chileno que se vino conmigo y también conocí músicos dominicanos. La energía colectiva empezó a crecer y hoy estoy muy contento, porque ya he hecho muchos contactos con artistas con los que estoy trabajando. Al principio me sentía un poco solo, porque no tenía contacto con muchos músicos, pero ahora se están abriendo muchas puertas.
Estoy feliz. Vivo en la selva, no en la ciudad, así que el contacto con otros artistas es más lento, más esporádico. Vivo en una playa de pescadores, un lugar maravilloso, aunque más aislado. Uno de mis propósitos a futuro es convertir este lugar en un punto de conexión para la música y el arte, tanto en República Dominicana como en otros países.

foto de Juan Mendoza

Qué lindo proyecto. Entonces, cuéntame sobre ese proceso de llegar a Isla Sonora, esta plataforma que busca potenciar y descubrir talentos en el país. ¿Cómo fue esa experiencia?

La verdad, no me lo esperaba. En Chile solía trabajar en muchos proyectos del gobierno, así que acá pensé que también debía existir algo similar. Un día me puse a buscar proyectos en internet, no encontré nada; otro día seguí buscando y de repente, ¡pum!, encontré Isla Sonora. Postulé, sin mucha fe, y un día me escribieron para decirme que había quedado seleccionado. Fue como: “¿en serio? ¡Guau!”. De pronto ya estaba en el escenario en Las Terrenas, tocando, conociendo gente. Fue muy entretenido vivir eso en otro país, no me imaginaba que pudiera pasar tan rápido.

Excelente, buenísimo. Es parte de la sorpresa tropical, ¿no? Encontrarte con estas oportunidades.

¡Totalmente! Y lo mejor fue que justo ese día lancé una canción, Agüita de Coco, que pueden escuchar en YouTube y Spotify. Grabamos el videoclip en Las Terrenas; es mi segunda canción grabada con videoclip aquí en República Dominicana, la tercera canción que grabo en total aquí. Todo coincidió: fue como una gran celebración, de conciertos, de música, de nuevos contactos y conexiones artísticas. Estoy muy feliz de lo que está pasando; siento que vienen muchas cosas nuevas que me tienen muy, muy emocionado.

David, escuchamos este nuevo sencillo, Agüita de Coco, pero también me comentaste que habías hecho un disco acá en República Dominicana titulado Historias. ¿Cuáles son esas historias? ¡Tienen que ser muchas, eh?

Sí, hay muchas historias que todavía sigo consiguiendo y contando. Ese disco lo empecé en Chile. Le puse Historias porque me pareció muy interesante ese viaje de cómo las cosas comienzan y terminan. Nunca comienzan como uno se imagina que van a terminar, ¿no? Así que me encantó ese viaje de Chile a República Dominicana, donde empecé a hacer las canciones y, acá, terminaron tomando otro rumbo.

Yo creo que también tomaron otro curso porque me impregné mucho de esa frescura que tiene el Caribe, del calorcito caribeño, de la gente alegre, de la bachata en cada esquina. Creo que eso, de a poco, me ha ido influenciando. Tal vez no directamente en una bachata —tengo varias cosas pendientes—, pero sí en la energía que tiene la música, y cómo a través de mí también aparece algo distinto. Algo que le decía hace poco a mi novia es que Chile es un país donde se hace mucha música melancólica, porque es un país más frío; hay mucha balada romántica, triste, como que siempre hay sufrimiento.
Y yo creo que mi música también tenía mucho de eso: mucha melancolía, tristeza. De pronto, como que me vi haciendo puras canciones alegres y sabrosas en República Dominicana, dándole una vuelta, y también cambiándole un poco ese lado tan melancólico y sufrido. Me siento muy contento de que ahora tenga esa frescura. Siento que mi música tomó una alegría que es muy parte de mí también —yo soy una persona muy alegre— y creo que me hacía falta ese exchange en lo que estaba haciendo. Así que me tiene muy feliz cómo tu entorno también te influye en todas las cosas.

¡Claro que sí! Imagínate: tú estás en el trópico, con el sol, en una playa, conociendo gente nueva, alegre, y en un país tan musical como somos nosotros. Y precisamente, bajo esa influencia, me llama la atención… ¡Vamos a escuchar Playita Contigo! Una playita diferente

David, cuéntame entonces, ¿qué es lo que viene a futuro? Independientemente, te deseamos la mejor de las suertes, igual que a todos los participantes de Isla Sonora. ¿Qué quieres seguir haciendo, aparte de música? ¿Qué más?

Mira, estoy en este momento con un proyecto muy interesante. Estoy junto a otro artista dominicano. Estamos haciendo colaboraciones con artistas emergentes de Dominicana. Como soy productor musical, estamos buscando artistas.Hicimos una canción con un artista de aquí de Samaná, con dos artistas, y con un artista que ya tiene más experiencia. Estamos en ese proyecto creando canciones con otros artistas emergentes.También estoy trabajando en un nuevo disco que quiero sacar, ojalá en junio, más tardar en julio, con varias colaboraciones también con artistas dominicanos.Tuve la suerte de estar ahora en Santo Domingo, en un Music Monday que hacen en Estudios Fama, un estudio muy reconocido aquí en República Dominicana.

¡Por supuesto!

conocí a muchos artistas dominicanos, a muchos productores dominicanos, y con ellos tengo ahí proyectos de colaborar a futuro. Así que estamos haciendo nuevas canciones para poder darle también esa… quiero hacer un par de bachatas, ese es mi secreto. Ahí tengo unas ganas de hacer unas bachatas urbanas.

¡Te toca, te toca!

Estoy trabajando en ellas. Aparte que la bachata tiene una cuestión sabrosa, melancólica, que me gusta, porque no es como triste-triste, ¿cachai?, sino que tiene esa sabrosura.

Bueno, mira, te cuento que en la bachata la temática es que la mujer o nunca ha llegado, o ya se fue. Nunca está. Fíjate en eso, ¿eh?

David DeFlores: ¡Sí!. Y bueno, invitar a todos al Valle de Samaná. Aquí trabajo con un grupo de amigos que hacemos actividades wellness: hacemos meditaciones, clases de yoga, mucha actividad de bienestar, y aparte de música. Son otras cosas que me conectan también con ese lado más espiritual, con la naturaleza, etc.

¡Qué bueno, qué bueno!

Todos invitados al Valle de Samaná. Me escriben por un DM en Instagram y yo los invito a todos. Me pueden conocer, conocer mi música y saber un poco más de mí en mi Instagram, que es @david_Deflores en Spotify como David DeFlores, en YouTube también como David DeFlores, y así en todas las redes sociales.

Ahí tienen el contacto: David muchísimas gracias por estar con nosotros. Y ya saben, Isla Sonora buscando esa oportunidad para estar presentes en la Fiesta de la Música 2025. ¡La mejor de las suertes para ti y para todos los participantes en esta colaboración conjunta de la Embajada de Francia en República Dominicana, la Alianza Francesa de Santo Domingo, RFI y Café Lebistro!