por: Manuel Betances.-
Seguimos en el marco de Isla Sonora, una competencia que busca destacar los nuevos talentos de la escena musical alternativa dominicana. Ya hemos tenido dos shows y ahora vamos por el tercero. Para esta ocasión, contamos con la participación de una joven artista dominicana, representante de una nueva generación de voces locales. Ella es Issade, quien nos acompaña hoy desde los estudios de RFI Santo Domingo 90.9FM, donde grabamos nuestro programa semanal Emision Discolai.
Manuel Betances: Issade, bienvenida a la Alianza Francesa y a Isla Sonora.
Issade: Un placer estar aquí. Me enseñaste a decir klk en francés antes de comenzar, pero ya se me olvidó. ¡Aunque pronto recuperaré esa jerga bacana en francés!

Bienvenida y feliz Año Nuevo. Estrenas la cabina en este 2025, ya que este es el primer programa del año dedicado a Isla Sonora. Pero primero, cuéntame un poco sobre quién es Issade. Sabemos que ya tienes varios sencillos, un álbum y experiencia en presentaciones performáticas. Para que la gente te conozca mejor, ¿quién es Issade?
Issade: Soy una chamaquita isleña que nació dando golpes de barriga y que siempre ha amado el arte. A los 18 años emigré a Argentina para estudiar arte, lo que me enfrentó a otra cultura y a todo lo que implica ser una mujer dominicana fuera de nuestro país, con los prejuicios que eso conlleva. Al mismo tiempo, pude ver la cultura dominicana desde otra perspectiva. Regresé a finales de 2020 y comencé a construir mis primeros proyectos musicales con toda la información y las experiencias que adquirí durante ese tiempo.
Especialmente en este país, donde las mujeres enfrentan muchas barreras. Es una lástima, y el mundo del arte no es la excepción. Aun así, has logrado hacerte un lugar a pesar de tu corta edad, y eso es algo que valoramos mucho. Tener nuevos talentos como tú en esta plataforma de Isla Sonora es un verdadero honor. ¿Cómo llegaste a Isla Sonora? ¿Cómo te enteraste de esta convocatoria y cómo fuiste preseleccionada? ¿Cómo recibiste la noticia de que estarías en esta tercera entrega?
Issade: Cada vez más, un proyecto musical se asume como un emprendimiento. Como siempre digo: Romo y cuarto, la vida del joseo. Es un esfuerzo constante por hacer crecer tu proyecto y encontrar oportunidades. Aunque hay que admitir que en nuestro país son escasas en comparación con otros lugares, cada vez surgen más espacios y plataformas que apoyan a los artistas. Yo llegué a Isla Sonora a través de la Alianza Francesa. También soy actriz y estaba tomando algunos talleres de actuación allí. Un día, pregunté en recepción de qué se trataba la convocatoria y decidí inscribirme en el formulario. Así fue, realmente. Los artistas en diferentes áreas siempre estamos aplicando a convocatorias nacionales e internacionales que nos permiten movernos y explorar nuevas oportunidades. Recientemente, por ejemplo, canté en Panamá. Fue la primera vez que me presenté fuera de República Dominicana y estaba súper feliz. Soy una viajera de corazón, me encanta hacer maletas. Este tipo de convocatorias nos brindan la posibilidad de expandirnos, conectar con más personas y crecer como artistas. ¡Y aquí estamos!
Hablemos de «Colonizada», porque es un tema muy relevante para nosotros como isleños. Dejando de lado los prejuicios y complejos que a veces se nos atribuyen, este es un asunto latente en nuestra identidad. Somos un crisol de razas, de culturas, y eso nos ha dado ese matiz único de ser dominicanos, permitiéndonos destacar en el resto del continente.
Issade: Definitivamente, República Dominicana es uno de los países más diversos que he conocido. Somos una nación marcada por una mezcla de influencias que provienen de nuestra historia, de situaciones complejas que, en muchos casos, no hemos sabido reconocer del todo. Sin embargo, de esa historia también han surgido nuestras riquezas culturales y musicales, como el merengue. Tenemos una herencia afrodescendiente, una influencia española y, de alguna manera, también algo de los pueblos originarios del Caribe. Somos una mezcla sumamente rica.
En cuanto a Colonizada, yo estaba conceptualizando mi proyecto musical en 2020, encerrada en Argentina debido a la pandemia. Mi música tiene matices de pop, urbano y alternativo, y en una conversación con mi productor, Les Bueno, surgió la pregunta: «¿De dónde vienes?». Me cuestioné sobre cómo quería abordar mi música, porque no tenía sentido para mí encarnar una narrativa urbana que no fuera mi realidad. Muchos artistas siguen esas narrativas aunque no sean parte de su experiencia, pero yo quería ser auténtica. En Colonizada, narro el Santo Domingo en el que crecí: «Santo Domingo medio popi rico, no hay acera, pero andamo en carrito.» No nos quejamos de los hoyos en la acera porque andamos en carro, pero eso no significa que el problema no nos afecte. La canción es una reflexión crítica de ese Santo Domingo que viví y experimenté desde mi propia perspectiva.
Te felicito por eso, porque muchas veces se habla de apropiación de realidades ajenas, pero si es algo que has palpado y sentido, también es tuyo. Aunque no vivas en un barrio, esas realidades nos afectan a todos: los apagones, las calles en mal estado, el día a día en un país latinoamericano. Y creo que es importante asumirlo.
La cultura urbana y el dembow son expresiones culturales riquísimas. Yo bailo dembowcitos desde que tenía 12 años. Pero como artista, mi papel es ser un canal y transmitir vivencias con autenticidad. Mi proyecto musical surge de mi necesidad expresiva, y por eso quiero hablar de las realidades que he vivido y que considero importantes de contar. Siento que hay mucho más que decir y que debe ser dicho.
«Chamaquita de Isla» ¿Qué significa ser una Chamaquita de Isla? En tus propias palabras, explícanos qué es una Chamaquita. Porque, como latinos y caribeños, entendemos qué es un Chamaquito, qué es un Carajito, pero Chamaquita tiene un matiz diferente.
Issade: Es una joven, una niña, pero también tiene algo de libertad, ¿verdad? Es esa niña que corre, que salta en los charcos sin que nadie le diga nada, que hace lo que quiere. Tiene un poco de esa esencia salvaje y espontánea. Por eso me encanta esa palabra. Bueno, Chamaquita de Isla es mi primer álbum, lanzado el 26 de septiembre de 2024. Es un proyecto reciente y aún hay muchos videos y canciones del álbum que no han salido. En este trabajo cuento mi tránsito personal: dejar República Dominicana, enfrentar lo que significa ser dominicana fuera de mi país, ver mi tierra desde la distancia, extrañar muchas cosas, pero también criticar otras. Luego regresar y sentirme aún más molesta con ciertas realidades, cosas a las que tal vez antes estaba acostumbrada, pero que ya no quiero normalizar. No quiero acostumbrarme al machismo, ¿sabes? No quiero acostumbrarme al racismo.
En Argentina, por ejemplo, viví situaciones de racismo que, aunque no me afectaron directamente por mi apariencia, sí me hicieron testigo de una libertad para hacer comentarios racistas frente a mí, como si yo fuera diferente a mis otros compatriotas. Y yo pensaba: ¿qué? ¡No, bebé! Hablo de eso en mi canción Identidad Mujerón, que también forma parte del álbum, donde digo:
«No intente de eso desligarme
Que sea ma’ blanquita no es pa’ alarde
Vivencia distinta y un mismo escape
Salir pa’ construir, pa’ volvernos más grandes.»
En Chamaquita de Isla, narro todo este proceso de irme y volver, ese sentimiento de querer salir del Caribe, pero luego estar lejos y desear regresar. No soporto el frío, pero a veces quiero estar en una gran ciudad. Me encanta la cercanía con la naturaleza en mi país, pero también disfruto del buen transporte público en otros lugares. Esas dualidades marcan la experiencia de migrar, de ver tu país desde lejos, y creo que también representan lo que significa ser latinoamericano y caribeño. Nuestra historia y nuestra cultura están llenas de contrastes.
Chamaquita de Isla es, en esencia, un viaje de autodescubrimiento y aceptación de esas dualidades personales.
«Chamaquita de Isla» nos habla de nuestras raíces como latinoamericanos, de nuestra realidad y de esos discursos que muchas veces la gente trata de ignorar. Son cosas que están ahí, que forman parte de nuestra identidad, y eso es lo que vemos en tu propuesta desde el principio: cómo nos vemos a nosotros mismos. Porque, al final, ¿quién acaba con el dominicano? El propio dominicano. Como tú decías —y me gustó mucho esa idea—, hay cosas que todavía no hemos aprendido a aceptar. Somos un país con una dualidad inmensa, un crisol de razas, de etnias y también de costumbres. Y eso es lo que nos ha construido y sigue definiéndonos como dominicanos.
Issade: ¿Cómo le dices a la palomita de maíz?
Palomita. Palomita de maíz.
Yo le digo cocaleca. Y me pasa a cada rato, sobre todo en esta época con TikTok, que veo un dominicano diciendo una palabra y de inmediato alguien responde: No, no es así como se dice en República Dominicana. Pero la realidad es que hay tres, cuatro formas de decir una misma cosa. Crecimos en el mismo país, pero usamos palabras distintas según la región. Y creo que ahí, incluso en esas pequeñas diferencias, se refleja nuestra riqueza lingüística. A veces es divertido, pero también es una muestra de nuestra diversidad. Como cuando alguien dice: Claro que no, no es «tostón», es «frito verde», y yo pienso: Loco, por favor.
Sobre tu experiencia en Argentina. Hablando de ese proceso de adaptación en Argentina, imagino que tuviste algún choque cultural. Aquí decimos aguacate, allá palta; aquí palomita o cocaleca, allá pochoclo. ¿Cómo fue ese choque para ti? Pasar de un país caribeño, caluroso y cercano, a una ciudad más fría, con una cultura quizás más distante. Cuéntame sobre eso.
Bueno, mira, lo primero que tuve que hacer fue hablar más despacio. Y poner las ‘s‘ bien marcadas, porque si no, no me entendían. En la universidad, los profesores me interrumpían: pepepepepe, repite, repite, más despacio. Y yo: Bueno, está bien. Y eso que, comparada con mucha gente, yo no uso tanta jerga, pero aun así me costó. También había pequeñas diferencias en la manera de comunicarse. Por ejemplo, aquí en Dominicana uno dice dame un laíto, que simplemente significa «hazme un espacio». Pero allá, cuando lo decía, la gente lo interpretaba como si les estuviera hablando mal, porque esperaban algo más formal: Disculpa, ¿me podrías dar permiso, por favor? Son detalles, cosas a las que uno se va acostumbrando con el tiempo.
Otra diferencia es que en Buenos Aires es raro encontrarte con la misma persona dos veces, a menos que compartan un espacio de trabajo o estudio. Pero al mismo tiempo, sigue siendo Latinoamérica, aunque desde un lente muy distinto. Tiene su propia historia, su diversidad, su riqueza cultural. Aprendí muchísimo de Argentina y me encantó vivir allá, pero claro, cada lugar tiene sus cosas.
El dominicano brilla donde va. Definitivamente, los dominicanos nos destacamos dondequiera que vamos. Un dominicano es un dominicano en cualquier parte del mundo, y eso es lo que nos hace especiales. Creo que también es lo que estamos viendo en las propuestas de Isla Sonora: cada agrupación, cada artista tiene su esencia, su propio sello. Y eso es lo que queremos impulsar desde la Alianza Francesa de Santo Domingo con esta plataforma.
Issade, finalizamos deseándote muchos éxitos, no solo en esta tercera entrega de Isla Sonora, sino también en tu carrera y con este gran proyecto que es Chamaquita de Isla. ¡Muchísimas gracias por compartir con nosotros!
